Un martillo para Jimmy Wilde



Por Tomás Hermán.

El galés Jimmy Wilde fue probablemente el mejor peso mosca de todos los tiempos. Su historia, su palmarés y su potencia de pegada nos invitan a conocer a este liviano púgil que fue capaz de noquear a una centena de luchadores con los que se enfrentó.  

Aunque en su registro le figura un palmarés de 132-3-1 (99 Kos) desde 1911 hasta 1923, se dice que Wilde llegó a disputar cerca de 800 combates. En su caso, ante el desconocimiento de tales cifras, suena con rotundidad que el galés disputase más combates de los que le asigna la biblia de los records, siendo ésta marca ya memorable.

Este menudo púgil tenía un auténtico martillo en cada mano y una potencia descomunal. No destacaba por un gran juego de piernas, pero sí tenía un sentido de la distancia muy certero y una guardia basada en colocar sus manos cerca de la cintura desde donde contragolpeaba con dureza y precisión, haciendo uso del paso atrás.

Jimmy conoció su primera derrota cuando tenía más de 90 combates, al enfrentar al escocés Tandy Lee en disputa del Campeonato Británico, Europeo y Mundial IBU perdiendo por nócaut en 17 asaltos. Parece ser que Wilde aceptó esta contienda afectado por una gripe, y tuvo que abandonar en este asalto. No tardaría en disputarle la revancha un año más tarde en la que venció con gran dominio por nócaut en el undécimo.

Meses antes de tal revancha, Wilde se había hecho con el entorchado británico y mundial IBU al vencer por abandono en 12 asaltos a su compatriota Joe Symonds en combate de revancha, puesto que le había ganado anteriormente por decisión en 15.

En 1916 conquistó el Campeonato del Mundo mosca, ya que el anterior IBU solo era reconocido en Europa. Para ello tuvo que noquear al italo-americano Young Zulu Kid en 11 asaltos, a quien también volvió a vencer en contienda de revancha.

En 1921 Wilde tomó un combate sin título en juego con el excampeón mundial gallo Pete Herman, quien el día del evento le aventajó en la báscula con varios kilos a su favor y proporcionó al público una desigual pelea en la que Jimmy tuvo que desistir en el asalto 17.

Aquel combate le pasó factura, y casi tres años después Wilde se subió al cuadrilátero por última vez para defender su título mundial ante el filipino Pancho Villa, un fenómeno considerado como otro de los mejores de todos los tiempos, quien le noqueó fulminantemente en el séptimo asalto con un contragolpe de derecha. Wilde ya no era el mismo y decidió retirarse en una inteligente decisión.

Irónicamente, Jimmy murió a consecuencia de una paliza que le propinaron varios individuos a la edad de 70 años, la cual le dejó una serie de secuelas de las que no pudo recuperarse, y falleció dos años más tarde en un hospital, en 1967.