Por Tomás Hermán.
El norteamericano Mikey García y el boricua Román Martínez se encuentran en peso para su combate de esta noche donde en Texas, EEUU.
Martínez tendrá una complicada defensa ante el menor de los García, quien se presenta fortísimo en la categoría superpluma, ya que no pudo defender su corona pluma al no dar el peso.
Sin duda será un difícil duelo para ambos, quienes se tienen mucho respeto. García se presenta invicto habiendo eliminado por la vía del cloroformo a sus últimos adversarios desde 2010, siendo los tres últimos Jonathan Victor barros, Orlando Salido y Juanma López, de manera contundente. Está en su mejor momento y es un púgil muy inteligente con una buena pegada, sobre todo con su mano derecha cruzada en recto y el crochet de izquierda. Cambia de un estilo ofensivo a defensivo a su parecer, aclimatándose a las circunstancias, y boxeando en contragolpe. Tiene muchos puntos a su favor.
Martínez no pierde desde 2010, cuando Ricky Burns le infringió su única derrota a los puntos en una disputada contienda. Desde entonces, recuperó su corona ante Miguel Beltrán Jr, realizó un empate con Juan Carlos Burgos y recientemente lo defendió ante Diego Magdaleno, a quien quitó el invicto. Lo curioso es que estos tres últimos combates se han resuelto por decisión dividida y han sido muy disputados.
El boricua es un gran batallador al que le gusta castigar el cuerpo e impone un ritmo importante. Quizás esta sea su mejor baza para nivelar el talento pugilístico de su rival, quien pondrá la marcha atrás para enviar su contraataque y contragolpe con destino al rostro del puertorriqueño. García hará uso de su jab para evitar que Martínez entre en la corta distancia e intentará rematar con su potente derecha. Hasta el momento, el boricua ha asimilado bien el castigo pero la pegada del norteamericano es decisiva.