Por Tomás Hermán.
Ruslan Provodnikov arrebató el título mundial superligero OMB a Mike Alvarado por abandono del campeón a la finalización del décimo asalto.
Una batalla que no decepcionó a nadie en cuanto a pronósticos se esperaba ya que ambos púgiles dieron lo mejor de sí mismos en diez duros asaltos con contundentes cambios de golpes. Desde el inicio de la contienda el aspirante ruso dejó claro que iba a por todas con su peculiar estilo ofensivo donde no daba un paso atrás, realizando esquivas y contraataques a su ritmo. Alvarado, al notar sus golpes en el primer asalto, decidió moverse en derredor de él para conectarle y no ser un blanco fijo. Asalto tras asalto se nivelaban las puntuaciones con aciertos de ambos púgiles en sus estrategias hasta que llegaron al octavo, donde Alvarado visitó la lona en dos ocasiones por combinaciones del ruso, levantándose con bravura para intentar recuperarse y escuchar el sonido de la campana. Pero su calvario ya había empezado y en el décimo recibió un fuerte castigo que le hizo llegar maltrecho a su esquina. Y aquí llega la estupenda labor del árbitro Tony Weeks, quien se acercó a su esquina para preguntarle a él mismo y en varias ocasiones si quería continuar, consiguiendo un no por respuesta y la detención de la contienda.
Decisión muy acertada por parte del árbitro y de Alvarado, quienes sabían que continuar sería alargar un castigo con consecuencias que podrían ser fatales. Cuidado que Alvarado comienza a acumular guerras importantes y consecutivas de las que acortan la carrera profesional. Deja así su título en la primera defensa dejando paso al "Rocky Siberiano", quien lo logró en su segundo intento después de hacer bailar a Bradley durante doce asaltos el pasado mes de marzo. Si Pacquiao vence a Ríos en noviembre, es probable un choque filipino-ruso.
