Por Tomás Hermán.
Timothy Bradley retuvo su corona mundial welter OMB ante Juan Manuel Márquez por decisión dividida en Las Vegas.
Bradley impuso su rapidez sobre el cuadrilátero ante un Márquez que tuvo que ir a la ofensiva para intentar conquistar su quinta división. El americano se movió en derredor de su oponente lanzando combinaciones con rapidez para volver a salirse de la distancia de la verdad. La contundencia estuvo por parte de Márquez quien lanzaba misiles que cuando llegaban a su destino hacían notar su poderío pero que tenían su réplica en Bradley gracias a su velocidad. Hubo momentos de intercambio donde se perdieron el respeto y Bradley se fajó, no sacando el partido que deseaba el mexicano. Márquez no pudo realizar su boxeo de contragolpe ante un rival que estuvo más defensivo.
Los asaltos comenzaron a sumarse y el favor de las cartulinas se alejaba para Márquez, quien intentaba engatillar al campeón americano que se escapaba en los cambios de golpes. Con buenos desplazamientos de piernas y gasolina de sobra, Bradley terminó sintiéndose campeón pese a los abucheos del público mexicano que quería una batalla. La inteligencia se apoderó del alma de la contienda, y la decisión final de los jueces recayó sobre el campeón vigente.
Márquez acumuló una nueva derrota haciendo un buen papel en el cuadrilátero y Timothy consiguió la victoria que necesitaba para resurgir de sus dos últimos combates, autoproclamándose uno de los mejores libra por libra. Está claro que pide a gritos un enfrentamiento con el rey del boxeo: el Señor Floyd Mayweather.