En busca del Rey de los Superligeros



Por Tomás Hermán.

Danny García expondrá sus títulos de campeón mundial superligero CMB y AMB ante el retador argentino Lucas Matthysse, buscando el liderazgo de la categoría.

Al fin ha podido acceder el bueno de Lucas a los títulos mundiales de García. Después de sus fracasos en las tarjetas ante Zab Judah y Devon Alexander, ahora puede medirse al invicto campeón. Y es que no ha prevalecido la justicia en las decisiones de sus combates más determinantes, ya que podían haber levantado su brazo con cualquiera de los dos, ya fuese Judah o Alexander. Lo que sí tienen en común estos dos tipos es su forma de concebir el boxeo. Con similitudes en su estilo, desplazándose bien de piernas, estilizando sus golpes y utilizando la distancia larga para conectar y retroceder le han dado algún quebradero de cabeza, añadiendo además su condición de zurdos. 

García, con su record de 26-0 (16 Kos) no se presta a ninguna de estas condiciones, ya que ni es zurdo ni es un boxeador de tocar y marchar, aunque sí es un buen contragolpeador. Sabe boxear hacia atrás y conectar potentes golpes curvos, sobre todo con su peligrosa derecha. Pero se calienta y acaba dando espectáculo con sus cruces de golpes, no saliendo mal parado hasta el día de hoy. Sin embargo, Matthysse es letal en estos cambios. La dureza de sus puños se refleja en cualquiera de sus golpes. Izquierda o derecha, gancho o crochet, o el simple jab de izquierda hace tembar al más activo campeón. 

El argentino, con su record de 34-2 (32 Kos), ya tiene experiencia para este enfrentamiento y la moral muy alta después de sus victorias ante Ajose y Peterson de manera fulminante. Su determinación es clave. Avanzar y golpear hasta que el rival doble la rodilla. Y se le da francamente bien. Puede aguantar perfectamente los doce asaltos en caso de llegar al final, con una contracción muscular idónea para seguir pegando muy duro hasta en el duodécimo. Tiene una gran ventaja a su favor, y García ya sintió la pegada de Judah en su último combate. Tan solo una mala decisión de los jueces o una buena contra del campeón pueden privar a Matthysse de esos títulos que tan cerca ya tiene.