Ricky Burns retuvo su título de Campeón Mundial Ligero OMB al vencer a José "Chelo" González por abandono en el décimo asalto a causa de una lesión.
En un combate dominado por el boricua, el título se quedó en Escocia por una lesión en su muñeca izquierda. Sorprendentemente, "Chelo" no acudió a la llamada del décimo asalto cuando iba arriba en las cartulinas en una batalla en la que hizo uso de un boxeo a la contra y anuló los ataques del campeón.
Burns se vio frustrado y castigado en varias ocasiones por el estilo pugilístico del aspirante. Falló muchos golpes mientras su rival reculaba y colocaba combinaciones certeras. Sabedor de que la contienda se le iba de las manos, imprimió mayor ritmo en el octavo y el noveno asalto, apuntándose estos asaltos ante un "Chelo" menos activo, ya que se encontraba dolido por la lesión. Burns no podía creer que su rival no continuase y clamó su victoria que tenía por perdida hasta ese momento. Una revancha sería lo más justo.
