Foto: Al Bello/Getty Images.
Jacobs venció a Chris Fitzpatrick por abandono en el quinto asalto de su rival, demostrando estar en forma y conservar la potencia en sus puños. Es el segundo combate que realiza después de un período de inactividad de 19 meses. ¿El motivo? Un tumor canceroso en su columna vertebral lo dejó entre la vida y la muerte, y en riesgo de quedar en una silla de ruedas para siempre. Pero esta es la historia de un auténtico Campeón.
"The Golden Child" Daniel Jacobs nació en Brooklyn en 1987. Tuvo una excelente carrera como amateur con un registro de 137-7. En 2003 ganó el Campeonato Nacional Olímpico Junior. En 2004 consiguió ser Campeón Nacional en la categoría de menores de 19, Campeón nacional PAL y Campeón del Guantes de Oro. En 2005 repitió como Campeón Nacional PAL y del Guantes de Oro. Y en 2006 fue Campeón Amateur de los Estados Unidos. En total fueron cuatro campeonatos del torneo Guantes de Oro los que conquistó a lo largo de su carrera hasta que debutase en el 2007 como profesional.
"The Golden Child" Daniel Jacobs nació en Brooklyn en 1987. Tuvo una excelente carrera como amateur con un registro de 137-7. En 2003 ganó el Campeonato Nacional Olímpico Junior. En 2004 consiguió ser Campeón Nacional en la categoría de menores de 19, Campeón nacional PAL y Campeón del Guantes de Oro. En 2005 repitió como Campeón Nacional PAL y del Guantes de Oro. Y en 2006 fue Campeón Amateur de los Estados Unidos. En total fueron cuatro campeonatos del torneo Guantes de Oro los que conquistó a lo largo de su carrera hasta que debutase en el 2007 como profesional.
Con una impresionante racha de nócauts se proclamó en 2009 Campeón WBO NABO Medio al vencer por puntos a Ishe Smith. Al año siguiente también conquistó el NABF Medio ante Juan Astorga por KoT en dos asaltos. Meses después llegó su oportunidad mundialista versión OMB Medio ante el invicto púgil ruso Dmitry Pirog. Jacobs conocería su primera derrota al caer por KoT en el quinto asalto por un cruzado de derecha.
Intentando resurgir de su derrota, y encontrándose a sí mismo, volvió a pisar el ring cinco meses después ,venciendo antes del límite en un par de combates, siendo este último en marzo de 2011. Y se incursó en una Gira para la Organización de Servicios Unidos en Irak. En su estancia allí, comenzó a sentirse mal después de comer una hamburguesa de camello. Creyendo que se trataba de la comida no le dio mayor importancia, pero empezó a tener espamos en su pierna izquierda. Sentía hormigueo en los pies y se dio cuenta de que algo no iba bien, y no se trataba de una simple hamburguesa.
Una semana más tarde ya tenía dificultades para caminar. A causa de la rigidez en su pierna visitó a un médico que le explicó que sufría de un nervio en su espalda. Aparentemente no había dolor y Jacobs no entendía como podía ocurrirle aquello, pero a principios de abril de ese año se vio sentado en una silla de ruedas. Ante su empeoramiento, el médico decidió realizarle un estudio completo y una resonancia magnética. Los resultados fueron alarmantes, ya que tenía un tumor de grandes dimensiones en la columna vertebral que le rodeaba la médula espinal. Crecía de manera vertiginosa e incluso temían que le produjese daños cerebrales. Tenía el tamaño de una pelota de béisbol y se extendía con tentáculos de manera sorprendente. Ya no sentía nada de cintura para abajo y estaba al borde de quedar paralizado.
A mediados de mayo, fue operado en una intervención que duró seis horas, y se pudo comprobar que el tumor era canceroso. A partir de ese momento, los médicos le informaron que jamás volvería a caminar como antes y por supuesto que no podría volver a boxear. Pero Daniel decidió sorprender al mundo con una enorme fe y creencia en sus posibilidades, iniciando con el apoyo de su novia y de su hija de tres años, una rápida recuperación. La idea de volver al ring le inspiró profundamente y se lo tomó como una segunda oportunidad para retomar su carrera mucho más motivado que antes.
Intentando resurgir de su derrota, y encontrándose a sí mismo, volvió a pisar el ring cinco meses después ,venciendo antes del límite en un par de combates, siendo este último en marzo de 2011. Y se incursó en una Gira para la Organización de Servicios Unidos en Irak. En su estancia allí, comenzó a sentirse mal después de comer una hamburguesa de camello. Creyendo que se trataba de la comida no le dio mayor importancia, pero empezó a tener espamos en su pierna izquierda. Sentía hormigueo en los pies y se dio cuenta de que algo no iba bien, y no se trataba de una simple hamburguesa.
Una semana más tarde ya tenía dificultades para caminar. A causa de la rigidez en su pierna visitó a un médico que le explicó que sufría de un nervio en su espalda. Aparentemente no había dolor y Jacobs no entendía como podía ocurrirle aquello, pero a principios de abril de ese año se vio sentado en una silla de ruedas. Ante su empeoramiento, el médico decidió realizarle un estudio completo y una resonancia magnética. Los resultados fueron alarmantes, ya que tenía un tumor de grandes dimensiones en la columna vertebral que le rodeaba la médula espinal. Crecía de manera vertiginosa e incluso temían que le produjese daños cerebrales. Tenía el tamaño de una pelota de béisbol y se extendía con tentáculos de manera sorprendente. Ya no sentía nada de cintura para abajo y estaba al borde de quedar paralizado.
A mediados de mayo, fue operado en una intervención que duró seis horas, y se pudo comprobar que el tumor era canceroso. A partir de ese momento, los médicos le informaron que jamás volvería a caminar como antes y por supuesto que no podría volver a boxear. Pero Daniel decidió sorprender al mundo con una enorme fe y creencia en sus posibilidades, iniciando con el apoyo de su novia y de su hija de tres años, una rápida recuperación. La idea de volver al ring le inspiró profundamente y se lo tomó como una segunda oportunidad para retomar su carrera mucho más motivado que antes.
Ahora recuerda aquellos momentos en que su novia le ayudaba a realizar sus funciones básicas diarias como comer o ir al baño, y es consciente del apoyo diario que le ha brindado. Aunque quiere seguir boxeando y ganar, ya no piensa en ser el mejor boxeador de todos los tiempos. Porque tiene la creencia de que si puede servir de inspiración a alguien y ayudarle, conseguirá mucho más de lo que pueda lograr en el boxeo.
Jacobs tiene en la actualidad un record profesional de 24-1 (21 Kos) y muchas posibilidades para proclamarse Campeón Mundial de su categoría. Pero pase lo que pase en un futuro, jamás podrán arrebatarle el título de Campeón de la Vida. Porque nadie golpea más fuerte que la vida misma.