Por Tomás Hermán.
Foto: Chris Cozzone.
El filipino Nonito Donaire retuvo sus títulos mundiales gallo CMB y OMB, dominando por completo al argentino Omar Narváez en un combate donde se consumieron los doce asaltos, y en el que la decisión fue unánime para los jueces y para la afición.
¿Recuerdan el combate entre Manny Pacquiao y Shane Mosley? El americano se reservó durante todo el combate, apenas lanzando golpes y con escasas intenciones de conseguir una victoria. Al final fue una decisión unánime y un combate aburrido para la afición. El gran astro Pacquiao se vio deslucido por la falta de acometividad de Mosley. Pues bien, la historia se vuelve a repetir. El campeón argentino, quien venía con la condición de invicto superando en defensas a las del mítico Monzón, y a quien se le había demandado que se enfrentase a los mejores de la división para demostrar su calidad, no estuvo a la altura de las circunstancias.
Un reservado Narváez caminó por el ring, preferentemente hacia atrás, con su guardia cerrada totalmente y aguantando las combinaciones de Donaire durante todo el combate. ¿Qué le ocurrió al argentino? Independientemente de la calidad que atesora el filipino Donaire, Narváez podría haber dejado toda la carne en el asador en lugar de buscar la "derrota honrosa por puntos", puesto que no ganó tan siquiera un asalto a ojos de la afición, y por supuesto a ojos de los jueces: 120-108 Decisión Unánime para los tres jueces.
La afición quedó decepcionada por un monorítmico combate que solo tuvo un color, finalizando con victoria para el filipino, quien se encuentra intratable y continua en su linea de arrasar en la división. Es cierto que no pudo noquear a Narváez, al igual que Pacquiao no pudo noquear a Mosley. Pero es que los dichos populares tienen su fundamento: "dos no se pelean si uno no quiere".
Enhorabuena al filipino por su victoria, y suerte a ambos púgiles en sus próximos enfrentamientos.
